El Mercedes 300 SL es una de las mayores joyas de la historia de la automoción. El primer “alas de gaviota”, es uno de los coches clásicos más cotizados, a pesar de que no ha sido un coche con poca producción precisamente.
Estoy seguro de que hay alguien que no olvidará su encuentro con un Mercedes 300 SL muy especial. Se trata de la persona que encontró la unidad que veis en las fotos, entre una gigantesca montaña de viejos computadores en un garaje de Santa Mónica, California.
Al parecer, se trata de un Mercedes 300 SL un tanto especial, y no solo por haber sobrevivido así de bien a esa batería de procesadores inservibles, plásticos y demás. Las fuentes indican que se trata de una edición especial del año 1955, de la que solo se fabricaron 29 unidades en todo el mundo…
En la zona dónde se encontró el coche, los rumores sobre su existencia eran muchos. Los habitantes de los pueblos cercanos hablaban sobre un espectacular coche deportivo que surcaba las carreteras hace unas cuantas décadas, del que un buen día nadie volvió a tener noticias.
La historia dice que el Mercedes 300 SL fue el regalo de graduación que recibió Tom Welmers por parte de sus padres. Una suerte tener unos padres así de afortunados y generosos. Tom Welmers lo condujo hasta los años 70, pero de repente la transmisión dijo basta.
Después de haber tratado de repararla sin éxito, Tom Welmers dejó el coche dentro de un garaje de su enorme finca. Y ahí se quedó durante 40 años, tiempo en el que comenzó a ser rodeado por la montaña de viejos ordenadores, hasta perderlo de vista. Tanto, que para llegar a verlo hizo falta el trabajo de dos personas durante 10 horas, eliminando la chatarra tecnológica abandonada a su alrededor.
Me imagino que los que lo buscaban, se habrán sentido como los Goonies cuando encontraron el tesoro escondido en el barco pirata. Y es que sin duda se trata de un auténtico tesoro, que con una sesión intensiva en manos de alguno de los especialistas restauradores, constará una auténtica fortuna.
Estoy seguro de que hay alguien que no olvidará su encuentro con un Mercedes 300 SL muy especial. Se trata de la persona que encontró la unidad que veis en las fotos, entre una gigantesca montaña de viejos computadores en un garaje de Santa Mónica, California.
Al parecer, se trata de un Mercedes 300 SL un tanto especial, y no solo por haber sobrevivido así de bien a esa batería de procesadores inservibles, plásticos y demás. Las fuentes indican que se trata de una edición especial del año 1955, de la que solo se fabricaron 29 unidades en todo el mundo…
En la zona dónde se encontró el coche, los rumores sobre su existencia eran muchos. Los habitantes de los pueblos cercanos hablaban sobre un espectacular coche deportivo que surcaba las carreteras hace unas cuantas décadas, del que un buen día nadie volvió a tener noticias.
La historia dice que el Mercedes 300 SL fue el regalo de graduación que recibió Tom Welmers por parte de sus padres. Una suerte tener unos padres así de afortunados y generosos. Tom Welmers lo condujo hasta los años 70, pero de repente la transmisión dijo basta.
Después de haber tratado de repararla sin éxito, Tom Welmers dejó el coche dentro de un garaje de su enorme finca. Y ahí se quedó durante 40 años, tiempo en el que comenzó a ser rodeado por la montaña de viejos ordenadores, hasta perderlo de vista. Tanto, que para llegar a verlo hizo falta el trabajo de dos personas durante 10 horas, eliminando la chatarra tecnológica abandonada a su alrededor.
Me imagino que los que lo buscaban, se habrán sentido como los Goonies cuando encontraron el tesoro escondido en el barco pirata. Y es que sin duda se trata de un auténtico tesoro, que con una sesión intensiva en manos de alguno de los especialistas restauradores, constará una auténtica fortuna.
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